Regina Paniagua

Investigadora, gestora y artista visual

Daniela Regina López Morales, mejor conocida en el mundo artístico como Regina Paniagua, es una destacada artista visual y gestora cultural nacida en la Ciudad de México el 28 de agosto de 1995. Con una Licenciatura en Artes Visuales obtenida en el Instituto Allende, afiliado a la Universidad de Guanajuato, Regina ha complementado su formación con diplomados en curaduría, museografía y gestión de exposiciones artísticas por la UNAM, y en gestión cultural por el CENART.


Desde su residencia en San Miguel de Allende, ha impulsado diversos proyectos artísticos multidisciplinarios, enfocándose especialmente en el bioarte, la fotografía, la instalación y medios alternativos. Su participación en exposiciones colectivas a lo largo de México y sus logros destacados, como la obtención del premio nacional de la convocatoria Ecos Sonoros por el CENART, con el proyecto "Bio-reverberaciones", reflejan su compromiso y pasión por explorar nuevas formas de expresión artística.


Además de su labor creativa, desempeña un papel crucial en la coordinación de exposiciones y la academia en el Centro Cultural el Nigromante, contribuyendo significativamente a la gestión cultural y museográfica. Su enfoque en la investigación artística y cultural, junto con su habilidad en la mediación y educación artística, la posicionan como una figura influyente en el ámbito cultural mexicano. Con habilidades en el manejo de programas de Microsoft y Adobe, y fluidez en inglés e italiano, Regina Paniagua es una artista visual cuya obra y gestión cultural continúan enriqueciendo el panorama artístico.


TecnoLabs

PONENCIA:  Pulso simbiótico

11:00 am

Regina Paniagua nos invita a sumergirnos en el fascinante mundo de los biomateriales y los entornos vivos con su proyecto "Pulso Simbiótico". Esta instalación audiovisual utiliza micelio como material principal, inspirándose en las redes de comunicación electroquímica de los bosques y la interacción simbiótica entre hongos, plantas y humanos. 


A través de una experiencia inmersiva, la artista explora cómo esta interconexión afecta nuestros ecosistemas y subraya la importancia vital de los hongos en la vida terrestre. La obra, que integra ADN humano y de hongos en una pieza central activada por el tacto, pretende provocar una reflexión sobre nuestro papel en la conservación de la naturaleza. 


Esta presentación, que se enriquece con luz, sonido y video capturado directamente de los bosques, promete ser una exploración visual y sensorial de nuestro vínculo con el reino fungi y la responsabilidad que conlleva.

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